Invertir en la bolsa
Invertir en bolsa tiene una ventaja principal, y es que podéis destinar pequeñas cantidades de dinero sin tener que esperar a tener suficiente capital para hacerlo, como ocurre con la compra de bienes inmuebles o para montar vuestra propia empresa.
No hay grandes alternativas cuando empezáis a generar ahorro periódico a partir de vuestro presupuesto vital: ahorrar, invertir con el objetivo ya conocido de obtener una rentabilidad por encima de la inflación, y así ir acumulando cierto patrimonio.
Vuestras inversiones podrán ser acertadas o no, pero recordad que lo realmente difícil es ser capaces de ahorrar. El acierto en las inversiones es importante, claro, pero menos de lo que os pueda parecer a simple vista. Si diversificáis adecuadamente y os infomáis bien de los diferentes mercados y activos donde invertir, no hay razón alguna rara para que no obtengáis una buena rentabilidad de vuestros ahorros a largo plazo, de vuestros activos.
Históricamente, la inversión en acciones es más rentable (un 10% interanual) que la inversión en bienes inmuebles (un 6% ineranual), pero con una volatilidad mucho mayor, con años muy buenos y años desastrosos en rentabilidad.
El objetivo principal de invertir en bolsa no es exactamente haceros ricos, sino conseguir mantener y aumentar vuestros ahorros a largo plazo, compensando e, idealmente, superando el efecto negativo de la inflación. Es una estrategia de protección de vuestra riqueza.
Las principales ventajas de la inversión en bolsa a través de la compra de acciones son su liquidez, el hecho de que las barreras de entrada y los coses de intermediación son reducidos, y la posibilidad de conseguir una gran diversificación de vuestras inversiones.
Liquidez significa que podéis vender los títulos en todo momento, siempre que los mercados estén abiertos, y de esta manera recuperar vuestro dinero, más la plusvalía o la minusvalía obtenida.
Las barreras de entrada, o costes de intermediación, son bajos, no más de un 2%; un porcentaje muy razonable si lo comparáis con los costes de las transacciones inmobiliarias (un 10-13%), los traspasos de tiendas, las constituciones de empresas y otras posibles inversiones a vuestro alcance.
Además, podréis diversificar vuestras inversiones en múltiples empresas cotizadas, de sectores, tamaños y riesgos diferentes, lo que reducirá vuestro riesgo global. El objetivo de la diversificación es conseguir cierta descorrelación de tus inversiones. La correlación es la relación que tienen dos activos invertibles, por lo que su variación en precios sigue cierto paralelismo en el tiempo.
Como inversores a largo plazo, debéis conseguir por todos los medios posibles tener una cartera de inversiones descorrelacionadas, de modo que no suban y bajen de precio de la misma manera ni en el mismo momento.
Recuerda que la inversión en bolsa es un juego a largo plazo. Es fundamental tener paciencia, disciplina y realizar investigaciones adecuadas antes de tomar decisiones de inversión. Si no te sientes seguro tomando decisiones por ti mismo, considera buscar asesoramiento de un asesor financiero con experiencia en inversiones en bolsa.